Con el título de Místicos Franciscanos Españoles, la benemérita Biblioteca de Autores Cristianos da inicio ahora a una nueva colección semejante a otra que hace cerca de cincuenta años la misma casa editorial había publicado con un título igual en tres volúmenes. Pero no se trata de una simple "reedición" de la primera, sino de una obra diferente por su extensión (cuatro tomos), por los criterios de selección, por la actualización bibliográfica y probablemente también por el rigor científico.
Con toda justicia este primer volumen ha sido dedicado a la obra de san Pedro de Alcántara, relativamente corta en extensión pero de grande importancia por el influjo que ha tenido no sólo en la espiritualidad franciscana posterior, sino también en otros ámbitos de la espiritualidad cristiana. Acertadamente el editor ha incluido también en este volumen una biografía del santo, la cual facilitará una mejor comprensión de su obra literaria.
Siendo este primer volumen el comienzo de toda la colección, sus páginas iniciales (XVII-LVII) han sido dedicadas a la ubicación de los místicos españoles en el contexto religioso que les precede, particularmente en cuanto a las reformas de las Ordenes religiosas y la evolución del movimiento místico literario de España durante la llamada edad de oro. El autor de esta introducción, Melquíades Andrés Martín, después de dar un rápido vistazo a la espiritualidad franciscana, se centra en el fenómeno de la "observancia" española con sus principales líneas de espiritualidad, para descender luego a la mística del "recogimiento", tema que desarrolla ampliamente y que sirve para comprender y contextualizar mejor la floración literaria de los místicos españoles. Sobre dicho tema se ofrece una bibliografía fundamental.
Después de una introducción general al volumen I, el cuerpo central de la obra ha sido dividido en dos partes: la primera dedicada a la vida de san Pedro y la segunda a sus escritos; todo termina con la sección dedicada a los índices bíblico y analítico. En la parte que contiene los escritos fueron incluidos no solamente los que ordinariamente se tienen como auténticos (el Tratado de la oración y meditación, las Cartas del santo, las Ordenaciones provinciales y el incompleto comentario al Salmo Miserere), sino también dos opúsculos dudosos {Introducción para los que comienzan a servir a nuestro Señor y Tres cosas que debe hacer el que desea aprovechar mucho en poco tiempo) y una traducción del Breviloquio de san Buenaventura, atribuida a san Pedro. Esta última traducción, en caso de ser auténtica, solo tendría valor en cuanto serviría para conocer uno de los maestros que formaron su pensamiento y el de su reforma. Los textos han sido tomados de ediciones autorizadas y convenientemente hechas.
La Introducción general al volumen, modesta en su extensión y en sus pretensiones, ofrece además una completa bibliografía sobre la vida y la obra de Pedro de Alcántara así como la cronología de su vida y de otros acontecimientos franciscanos.
La vida de san Pedro de Alcántara contenida en la primera parte es casi en su totalidad un resumen y adaptación de la biografía más completa y crítica conocida hasta el momento sobre el gran penitente castellano, escrita por Arcángel Barrado y publicada en 1965. En ella se abordan en trece capítulos todos los aspectos de su vida, su nacimiento, su ambiente familiar, sus estudios, su apostolado, sus múltiples actividades como reformador, ministro provincial y comisario general de los reformados, su muerte y glorificación. La gran cantidad de documentos manejados por el autor le ha permitido fundamentar convenientemente todos los datos que suministra y, en algunos casos, corregir noticias equivocadas de otros historiadores. A veces es tal la abundancia de nombres, de fechas y de otras noticias, que hacen demasiado intrincada la argumentación y pesada la lectura, a lo cual se agrega la repetición de varios datos. La parte dedicada a la biografía está enriquecida con dos Apéndices, uno con doce cartas dirigidas a san Pedro de Alcántara y otro con diez documentos oficiales.
La parte segunda está precedida por una breve presentación general de la producción literaria de Pedro de Alcántara. A continuación cada uno de sus opúsculos es introducido convenientemente con estudios eruditos dedicados a la fecha y circunstancias de su composición, a su contenido y a su problemática crítica. De todos, el más importante por su extensión y contenido es el dedicado al Tratado de la oración y meditación. En él el editor afronta en primer lugar el problema de su autenticidad, que fue objeto de una enconada polémica, al parecer ya superada, a propósito de sus nexos con el Libro de la oración y meditación de fray Luis de Granada; en seguida se refiere a la historia de su composición, tema estrechamente ligado al anterior, en donde hace frente al asunto de forma erudita pero prolija; en tercer lugar describe el Tratado en un apartado titulado "Doctrina de la oración"; finalmente presenta los criterios de transcripción de la obra seguidos, según los cuales se respeta la mayoría de las formas antiguas de la grafía que trae la edición de 1556-1558, pero de manera selectiva y sin ofrecer razones, arbitrariamente se "normalizan" otras.
Especial cuidado puso el editor en la edición del Tratado de la oración y meditación, cosa por otra parte explicable al tratarse de la principal obra de Pedro de Alcántara. Tanto el estudioso como el simple lector encontrarán no solamente el texto que fue publicado cuando todavía vivía el santo, el más antiguo hasta hoy conocido, sino que dispondrá de abundantes notas en el aparato crítico que facilitarán la comprensión del mismo y lo orientarán hacia eventuales estudios posteriores. Igual cuidado se nota en la edición de las once cartas hasta hoy reconocidas como auténticas, documentos igualmente preciosos para acercarse, entre otras cosas, a la personalidad de su autor y al tipo de relaciones que fomentó en sus actividades como pastor y como reformador. Esta última dimensión, la del reformador y las características de su reforma, se percibe mucho mejor a la luz de Las Ordenaciones de las Provincias de San Gabriel y de San José, opúsculos que ciertamente deben conservar la huella del santo de Alcántara, aunque debieron sufrir las adendas y correcciones propias de todo documento aprobado en sesiones capitulares.
Algunas observaciones: a) El título: "Místicos Franciscanos Españoles I" de la p. 1, habría quedado mejor antes de la introducción general al volumen (después de la p. LIV) para una mayor claridad, pues hubiera marcado la diferencia con la introducción a toda la colección, b) En la lista de "Siglas utilizadas" (p. LVII) falta la sigla AFIO. c) En la p. XIX, 1. 22 donde dice: "Gregorio IX" debe ser Gregorio XI, pues es el único papa que aparece en relación directa con el año 1373. d) No aparece en la bibliografía general la biografía de San Pedro escrita por A. Barrado, citada en la p. LVI. e) El Apéndice II de la primera parte (p.167), que está sin título, bien podría llevar uno como: "Documentos oficiales" u otro semejante; de esta manera habría guardado mayor armonía con el Apéndice I, éste sí con título, f) El encabezamiento de las páginas impares de la sección correspondiente a la Introducción al Tratado de la oración y meditación conserva el mismo título de la sección precedente: "Producción literaria de San Pedro de Alcántara", creando con ello un poco de confusión; no ocurre lo mismo en las introducciones a los otros escritos.
Las anteriores observaciones, casi todas relacionadas con los aspectos formales de la edición, no le restan valor a esta obra que está llamada a prestar un gran servicio no solamente a quienes desean adentrarse en el espíritu de la oración y la meditación, alma y motor de la reforma alcantarina, sino a todos los que desean conocer uno de los puntos de partida del movimiento de los místicos franciscanos españoles, cuyas obras editadas esperamos en los tres volúmenes que completarán la colección.